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Un llamado a terminar con la violencia en los estadios de fútbol

Un llamado a terminar con la violencia en los estadios de fútbolLas acciones violentas que se desencadenan en los escenarios deportivos se vuelven cada vez más recurrentes, no solamente en nuestro país sino en todo el mundo, en especial, en los espectáculos de fútbol profesional.

La historia narra con gran pesadumbre la muerte de cientos de personas e hinchas de los diferentes equipos de fútbol a nivel mundial, como consecuencia de la propia violencia o falencias de seguridad física y procedimientos adoptados en el desarrollo de los eventos deportivos.

En América Latina, en Lima, Perú (1964), se vivió la tragedia más grande del fútbol suramericano que dejó como saldo 318 muertos y 500 heridos; en Argentina (1968); 71 víctimas, la mayoría menores de edad; y Guatemala (1996); en donde el encuentro entre los seleccionados dejó 84 muertos.

Ecuador no es ajeno a este problema presente en todo el mundo. Las cifras preocupan a las autoridades y a la ciudadanía en general por la inseguridad que se genera alrededor de este espectáculo deportivo.

En el país, entre el 2011 y 2012 se registran 4 personas fallecidas: 2 al interior de los estadios y 2 en las afueras; 74 detenidos, 46 personas heridas y 36 personas identificadas peligrosas que no pueden ingresar a los estadios.

Las provincias de mayor conflictividad en su orden son: Guayas con 55 detenciones y 16 asilados, 7 civiles y 3 uniformados heridos; Pichincha con 44 detenciones, 21 personas civiles y 15 policías heridos; Loja con 16 detenidos; Manabí y Chimborazo con 4 heridos cada una; y, Los Ríos y Tungurahua con 3 detenidos cada una.

Las muertes de Carlos Cedeño, David Erazo, Marcos Rodríguez y Cristian Calvache siguen impunes. Los tres eran hinchas de clubes de la Serie A del fútbol ecuatoriano. Sus muertes ocurrieron en diferentes circunstancias, antes, durante o después de un partido del Campeonato Nacional. Hasta la fecha, la Justicia no ha sancionado a los responsables de estos crímenes.

El niño Carlos Cedeño de 11 años de edad fallece el 16 de septiembre del 2007 en la suite del Estadio Monumental de Barcelona, tras el impacto de una bengala antes del partido Barcelona – Emelec, en el estadio Monumental, Guayaquil.

David Erazo fue asesinado el 20 de junio del 2009, tras un partido entre LDU y Nacional, cerca de la Casa Blanca en Quito.

Marco Rodríguez, de 28 años, murió el 13 de junio del año pasado en un Centro de Salud de Guayaquil, tras haber sido golpeado luego de un encuentro disputado entre Barcelona y LDU, en Guayaquil.

Cristian Calvache, de 26 años, fallece el 4 de marzo del 2012, tras ser agredido en la general sur del estadio de la Liga Deportiva Universitaria, en donde se ubica la barra brava Muerte Blanca.

Resulta muy difícil desarticular a las barras bravas, muchas de las cuales se han convertido en espacios de planificación y cometimiento de graves delitos y promoción de violencia en los estadios. La principal dificultad radica en el encubrimiento que otros aficionados realizan de los implicados en acciones violentas y delictivas en las barras bravas. De ahí que, como Gobierno Nacional, hacemos un llamado a la sociedad a la reflexión acerca de este tema que nos afecta a todas y todos los ecuatorianos.

En los estadios se producen generalmente agresiones físicas y verbales, además de la utilización de objetos contundentes como palos, botellas, piedras, hasta armas de grueso calibre y armas blancas.

El policía Jefferson Burgos Bravo, recientemente herido el 19 de mayo, sostiene que quienes concurren a los estadios “deberían dedicarse a mirar el encuentro deportivo y no concentrarse en otras actividades, ya que con su comportamiento puede ocasionar mucho daño a los aficionados”.

“Viví una experiencia que nunca podré olvidar porque estuve al borde de la muerte y lo único que recuerdo es que estábamos en el bus y luego de haber terminado el encuentro deportivo se protagonizó un escándalo entre los hinchas y policías”, comenta Burgos.

Recuerda que sintió un golpe muy fuerte que lo dejó inconsciente sobre la vereda. Manifiesta que sufrió daños en la ceja, labio y pómulo. “Gracias a Dios, estoy vivo y contando mi historia”, expresa el uniformado.

Su estado de salud se encuentra estable y agradece a los médicos que lo atendieron y espera deseoso regresar a su lugar de trabajo lo más pronto posible para continuar en su labor de proteger a la ciudadanía.

El Ministerio del Interior, a través de la Policía Nacional, ha efectuado diferentes operativos especiales de control dentro y fuera de los campos deportivos. Además, prevé incluir en el Código Integral Penal sanciones drásticas para aquellas personas que realicen actos de violencia en espacios deportivos. También se han instalado cámaras de seguridad que apuntan exclusivamente a observar cualquier manifestación agresiva del público presente.

Todos los esfuerzos que las autoridades del Estado hagan a través de los órganos de control pertinentes, no serán jamás suficientes si la ciudadanía no toma conciencia de la gravedad de este tema. Le pedimos a quien lea este texto, lo difunda por cualquier medio posible y aproveche un tiempo de su día para conversar con sus allegados acerca de cómo pueden colaborar con un granito de arena en la eliminación de la violencia en los Estadios.