Guayaquil, 06 de junio de 2018. Dos operaciones realizadas durante la noche del pasado martes permitieron a la Policía Nacional realizar la incautación de 762 kilos de clorhidrato de cocaína: 514 kilos fueron hallados en el cantón Pedernales, Manabí y 248 kilos en el noroeste de Guayaquil. Además, se detuvo a tres personas, todas de nacionalidad ecuatoriana, y se retuvieron tres vehículos.

A las 20h00 del martes 5 de junio, en la vía Pedernales-San Vicente, agentes de la Unidad de Investigaciones Antinarcóticos (UIAN) detectaron un camión tipo cabezal con una cisterna, de las que se usa para transportar cemento en polvo, cuyo espacio fue utilizado por los narcotraficantes para colocar al menos medio centenar de sacos con bloques tipo ladrillo.

Al realizar el análisis de la sustancia se detectó que se trataba de clorhidrato de cocaína y el peso neto era de 514 kilos. Según las indagaciones policiales, se pretendía sacar el alcaloide por las costas manabitas en lanchas rápidas hacia altar mar, para luego ser transportado hacia Centroamérica. En el operativo también se detuvo al conductor del camión y se incautaron tres teléfonos celulares y el vehículo.

Las tareas de gestión investigativa de la Policía Nacional han logrado determinar que este brazo de la organización narcodelictiva también utilizaba vehículos con doble fondo para el transporte de la droga hacia áreas costeras, la que luego era enviada hacia aguas internacionales.

Un modus operandi similar es el que utilizaba un grupo narcodelictivo que fue detectado en Guayaquil, a las 23h30 del mismo día martes. Dentro de un taller de ebanistería, ubicado en la cooperativa Unidos por la Paz de El Fortín, en el suroeste de Guayaquil, se halló un centro de acopio de alcaloides, informó la Policía de Antinarcóticos.

Ahí se identificó que esa organización narcodelincuencial estaba dedicada al tráfico internacional de estupefacientes para lo cual había establecido su centro de operaciones en Guayaquil. Se usaba como fachada el mencionado taller, donde acopiaban la droga y la colocaba en el doble fondo de vehículos para trasladarla a otro tipo de bodegas, desde donde se procedía a llevarla hacia los puertos y enviarla a mercados de Estados Unidos y Europa.

En esta acción policial se detuvo a cuatro personas y se incautaron dos vehículos, uno de ellos era una camioneta con balde de madera, donde estaba escondido el alcaloide. Sobre el doble fondo se habían colocado cajas con naranjillas con lo que se pretendía burlar los controles.

En ambos operativos los ladrillos de cocaína habían sido señalados con distintas marcas de carros, ropa, relojes, etcétera; además, se determinó que el alcaloide procedía de Colombia y que iba a ser trasladado hacia Estados Unidos y Europa.

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