Quito, 15 de noviembre de 2018.- “Valor, disciplina y lealtad son las palabras escritas en los recintos, donde hace más de 27 años, escogieron llevar a cabo su vida profesional en servicio a la ciudadanía. Estas tres palabras se reflejan en este logro que han conseguido”, recordó la ministra del Interior, María Paula Romo, a los 35 oficiales que ascendieron del grado de teniente coronel a coronel de Estado Mayor, esta mañana, en la Escuela Superior de Policía, General Alberto Enríquez Gallo, en Quito.

La titular de la cartera del Interior fue enfática al reconocer la importancia de los ejecutores de la seguridad ciudadana destacando que sobre el deber, trabajo y valor de la Policía se fundamenta un gobierno: “el ejercicio legítimo de la fuerza define al Estado, y lo hace a través de la Policía. Sobre sus espaldas, sobre sus esfuerzos descansa la existencia misma del Estado. Por ello, el país entero reconoce y agradece el esfuerzo de su trabajo”.

La Ministra Romo también felicitó y agradeció a los familiares de los oficiales quienes son un puntal en su labor, al entender que el tiempo que sacrifican juntos es el precio a pagar por cumplir su deber para con la ciudadanía. “Este ascenso es también el reconocimiento de su cariño y paciencia durante estos años”.

El cambio de insignias se realizó en compañía de familiares y amigos, quienes a lo largo de 27 años han acompañado la labor de los nuevos coroneles, recordando también a aquellos que no están por perder la vida en el ejercicio de su trabajo.

El coronel Galo Erazo, en representación de su promoción, manifestó que esta ceremonia es un reconocimiento y una motivación para quienes han aprobado el grado: “estos procesos han valorado nuestro trabajo, competencias y sentido de pertenencia a la institución. Bajo las directrices de la Ministra, los coroneles nos comprometemos aún más a dar esfuerzos para precautelar la seguridad ciudadana y el orden público”.

Por su parte, el Comandante General, Nelson Villegas, aseguró que esta ceremonia refrenda el juramento de servicio a los ciudadanos. “Este es el semillero que los vio nacer como oficiales de Policía hace 27 años. Recuerden que esta jerarquía demanda mucho más, recuerden aplicar la inteligencia al servicio del amor y en defensa de la ciudadanía que para cada oficial de policía es lo más importante”.

Finalmente le recordó: “la sonrisa de un niño desvalido, el agradecimiento de una madre, el apretón de manos de un anciano, son los mejores galardones”.